El Despotismo Educado
Sección: Rincón Psicopedagógico
Creado: 07-03-23 (Actualizado: 07-03-23)
En los tiempos del despotismo ilustrado, los monarcas se jactaban de ser los únicos sabios y capaces de dirigir sus países hacia el progreso. Hoy en día, los políticos han tomado el relevo de estos monarcas, y parecen haber heredado su gusto por la arrogancia y el autoritarismo.
La educación es uno de los ámbitos en los que los políticos han demostrado una capacidad especial para imitar a los monarcas del pasado. Al igual que los reyes del despotismo ilustrado, los políticos actuales creen que ellos son los únicos capaces de decidir qué es lo mejor para los estudiantes y cómo deben ser formados.
En lugar de escuchar a los expertos en educación y a los propios estudiantes, los políticos se basan en sus propias ideas preconcebidas y en sus intereses políticos para decidir qué enseñar y cómo enseñarlo. Al igual que los monarcas ilustrados, los políticos actuales creen que la educación debe ser dirigida desde arriba, sin tener en cuenta las necesidades y opiniones de los ciudadanos.
Pero, ¿cuál es el resultado de esta arrogancia y autoritarismo? Un sistema educativo obsoleto, que no se adapta a las necesidades del mundo actual y que no prepara a los estudiantes para enfrentar los desafíos del siglo XXI.
En lugar de fomentar la creatividad, el pensamiento crítico y la innovación, los políticos se centran en la memorización de información y en la preparación de exámenes estandarizados. En lugar de formar ciudadanos libres y responsables, los políticos buscan adoctrinar a los estudiantes con sus propias ideas políticas.
Al final, los políticos actuales se parecen más a los monarcas del despotismo ilustrado de lo que les gustaría admitir. Ambos creen que el poder debe ser concentrado en sus propias manos, y que los ciudadanos no son capaces de pensar por sí mismos. Pero si queremos un sistema educativo que forme a los ciudadanos del futuro, debemos empezar por desterrar esta mentalidad autoritaria y empezar a escuchar a los expertos en educación y a los propios estudiantes.